La analítica web ha pasado de simplemente dar respuestas a algunas preguntas a aportarnos una visión más amplia sobre nuestro propio negocio digital a la que quizás no habríamos llegado de otra forma. Ahora somos más conscientes de los efectos que tienen nuestras acciones de marketing sobre nuestros clientes.
No obstante, para poder llevar a cabo dicho análisis con efectividad, necesitamos tiempo, ya que la premura e impaciencia puede provocar el efecto contrario. En marketing digital, nunca hay tiempo perdido, solo tiempo invertido.
En anteriores post, hemos llegado a ciertas ideas claves de la analítica web, como que los datos no son el fin, sino la fuente; o que antes de establecer ciertas estrategias, tenemos que tener claro qué objetivos perseguimos.
Además, podemos incorporar la ayuda del email marketing, ya que vamos a obtener estadísticas sobre recepciones, clics, y ello nos puede permitir segmentar visitas en incluso datos concretos de cada una de ellas.
Por otro lado, las estrategias de SEM y SEO se complementan perfectamente con la analítica web. Por ejemplo, nos aporta información sobre qué rentabilidad tenemos en ciertas campañas, dándonos datos concretos de conversiones y por ello, de si hemos alcanzado nuestros objetivos o no.
En cuanto al SEO, te permite observar qué comportamiento han tenido los usuarios en la búsqueda de determinadas palabras claves, poder captar más tráfico…
Mientras que antes nos centrábamos más en medir los Click Through (respuesta a banners) hoy la atención se centra en el impacto y lo que hace cada visitante después de hacer clic en un determinado banner.
De hecho, cada vez más, la analítica se está extendiendo más allá de las webs hasta, por ejemplo, las redes sociales. Esto se debe al mayor número de medios sociales y la creciente interactividad y por ello, ya no se pretende solo medir el tráfico web, sino también las conversaciones.
Deja una respuesta